Dame pequeña morena todo lo que te pido. Escúchame, morena, pues sin ti esto no es vida. Recordarte y amarte. Cada vez más en silencio. Cada vez más, callando a mi corazón. En un antiguo desvelo que el destino fortuito ha vuelto a descorrer.
Dame pequeña morena tus ojos. Increíbles océanos marrones que me hipnotizan. En los que me perdería como en un pozo sin fondo. Unos ojos como un acantilado por el que me despeñaría sin sentido.
Dame pequeña morena tu cuerpo. Perfecto, sin rival. Sin antecedentes impuros que lo manchen. Auténtico lienzo sin pintar. Dame pequeña morena tu cuerpo porque lo quiero abrazar. Porque quiero que sea mío, pequeña, y junto a él, abrazado poder dormir.
Dame pequeña morena tu pelo. Auténtico hilo de Dios. Melena propia de la divinidad con el que con tanto estilo, morena, seduces al viento.
Dame tú, pequeña morena, porque me tienes loco. Y desciendo a la infinidad del infierno por ti. Dame, morena, una salvación, a este purgatorio, pequeña, que tan enigmatizado me tiene.
Dame tú, morena…
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5 comentarios:
Yo soy morena ¿te sirvo? jajajaja
Qué enamoradito estás... (=
besotÓn
Magnífico Diego, magnífico.
Beata María, protégenos de las melenas de las morenas.
Me ha encantado el texto!!
Yo también soy morena jajaja elígeme a mí que a Adri ya la tienes muy cebada jajaja
unbeso!
¿Qué tendrán las morenas que los mejores versos de amor que he leído están dedicados a ellas?
Yo, en cambio, ando enamorado de una rubia... vaya con las paradojas.
¿La conozco Adrián? Piu piu...pues claro que sí, las pupilas no engañan y mi frigotómetro tampoco.
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