No te dejes notar

Entre las muchas clasificaciones en las que podemos dividir a los usuarios de autobuses, hoy voy a comentar el binomio de: los que se dejan notar y los que no. Para dejar claras ambas categorías pondré un ejemplo. Esto me pasó en el autobús 42. C
omo lo cogí cerca de la universidad, tenía para un rato largo, asi que me senté en la parte de atrás. Como de costumbre, esta línea no uba muy vacía asi que inevitablemente alguién se sentó a mi lado, y con mucha discreción: al sentarse me golpeó con la mochila, sus piernas luchaban contra las mías por el control de las fronteras de nuestros asientos. Además, cogió su teléfono móvil y empezó a chillar. A la quinta parada esta joven morena con mechas rubias, que vestía unos vaqueros, una chaqueta rosa, una mochila marrón y llevaba unas zapatillas blancas al igual que sus gafas, decidió bajarse. Yo continué mirando por la ventana. Cuando me fui a bajar descubrí que una chica, mucho más modosita se había sentado a mi lado. Al igual que yo, iba escuchando música lo cual es lo único que puedo recordar.
La primera chica es de las que se dejan notar: te golpean,chillan y no saben comportarse, La segunda es de las que no se dejan notar: es educada, se sienta correctamente y permite que el viaje sea lo más cómodo posible para el inesperado dúo que se forma con tu compañero/a de asiento.

Niños

Los niños son incómodos. Todos los sabemos. Te pueden gustar o no, pero no se puede negar la realidad: las dulces criaturas son molestas e incómodas.El autobús es el mejor ejemplo para ver como estas diminustas bestias son un estorbo para el usuario. Comen, gritan, se agitan, lloran...Un tormento para el que ha tenido la mala suerte de escoger un asiento en el que paradas después un niño iba a apoyar su lindo trasero.
La última vez que viajé con un chavalín cerca fue en el 33. Yo iba muy feliz con mi iPOD, y cuando ese proyecto de persona se situó justo detrás de mí, la paz que me otrogaba la plácida voz de Amaia Montero se fue a la mierda. Patadas, quejas y gritos. La mamá iba tan sumamente harta de su óvulo fecundado cinco años atrás que decidió pasar de él como George W.Bush (hijo) de la ONU.
Por supuesto, ni se te ocurra mirar mal al niño. Incluso de pederasta pueden acusarte. Lo mejor es no meterse y sufrirlo en silencio, subir el volumen de tu iPOD o cerrar el libro. Si Jesucristo, Betty Missiego y Michael Jackson han sobrevivido a los niños, los demás hemos de hacerlo.
Con un último esfuerzo de sentido paternal afirmo: "Ay, los niños, nos dan la felicidad y nos la quitan"