Llora en tu asiento

No hay nada peor que ir en el autobús y encontrarte con alguien que está llorando. A mi me pasa bastante a menudo ya que mis línea predilecta diaria pasa por dos hospitales y es normal que usuarios del mismo tengan estos lugares como destino.
Nunca sé que hacer cuando me los encuentro. ¿Ofrecerles un kleeneex (si, se escribe así)? ¿Darles ánimo? ¿Querrán apoyo?. Nunca sé como reaccionar, pero siempre acabo igual: con el corazón en un puño. Con el corazón realmente presionado.
Es tan humano el acto de llorar. Tan sumamente puro. Tan sumamente sentimental. No sé cómo funciona el lagrimal ni me importa. Si sé como funciona mi corazón. Nunca puedo evitar contagiarme de ellos y, al bajar, tener que secarme disimuladamente los ojos. Siempre he creido que mi lagrimal era más grande que todas las obras arquitectónicas de Franco. No sé si es por eso o por eso a lo que los filósofos llaman emociones. Nunca he sabido porqué lloro. Pero ya he aprendido ante qué derramo lágrimas.
Me estoy dando cuenta de que no estoy llegando a ningún sitio con este texto y además mi parada se acerca así que voy a enchufar de nuevo el iPOD (siempre que veo a alguien llorar, apago la música y me pongo a pensar...) y a dejar de pensar.
Casualmente, en el aparatito está una de las canciones que más me gustan de la película La Novia Cadáver... http://youtube.com/watch?v=x-udsPbuq1s&mode=related&search= .

4 comentarios:

Freud-Seraphin Stanlake dijo...

Si una persona llora en un autobús tengo por ley dejarles tranquilos. Porque si por algún motivo llegamos a congeniar y a ser partícipes recíprocos en una conversación de apoyo moral, siempre está el momento en el que uno de los dos debe bajar y dejar todo a medias de una forma tajante y curiosamente inesperada.

Pero si me encuentro en la misma situación en la calle, entonces mi reacción cambia.
Una vez vi a una dama llorar sentada en un banco, y no pude resisitir el sentarme al lado suyo y preguntar "¿puedo ayudar?". Su respuesta fue clara "no, tranquilo, no pasa nada", que es lo mismo que decir "necesito un arsenal de ayuda". Conseguí mantener una conversación con ella e incluso le sonsaqué una sonrisa. Puede que le hubiese cambiado la dirección emocional del día, también puede que no, pero lo que es seguro es que si alguien llora, si alguien convierte un sentimiento interior en exterior es porque su cuerpo, en un acto de desesperación, pide ayuda a alguien en el exterior para que sofoque su mal interior.

Yo, al menos, lo intenté.

Fran Castarlenas dijo...

Como usuario de autobús habitual en los dos últimos años, he de decir que sí, que ver llorar a alguien en un asiento cercano a tí, es una sensación tan incómoda como desesperante. No tengo fuerza de voluntad nunca para dar animos, solo cierro los ojos y subo el volumen de la música. No quiero saber nada. Yo estoy bien y no quiero saber nada de penurias. ¿Egoísmo? exagerado, pero creo que es un instinto que tenemos los humanos y debemos usarlo para intentar evadirnos de los problemas que nos rodean.

Para dejar penas, comentar una curiosa anecdota ayer en la línea 32 camino al centro de Zaragoza. Un hombre de raza negra hablando con un hombre de procedencia rumana (o de por ahí).

"¿Dónde está el conductor?" preguntó el iluso negrito

"Delante, ¿dónde va a estar?"contestó el rumano traficante de órganos (eso lo deduje yo)

"Ah, es la primera vez que subo al bus, pensaba que iban en la parte de detrás".


Ahí os lo dejo. Suerte Dieguito!

Reverendo Gore dijo...

Sigo intentando encontar la razón lógica por la que la gente llora. Como potente robot que soy, hace tiempo que me intriga esta pregunta, y sólo se me ocurre dirigir una sonrisa amable siempre que veo a una persona llorando esperando al menos que mi burda mueca sirva para distraerla al menos durante un segundo.

"Por fin el amo ha encontrado el amooooor verdadero" (sonidos de chispas)

petra dijo...

Como bien sabes, voy en autobús asiduamente. Es cierto que me ha tocado veces ver a la gente llorar; sobre todo mujeres. Siempre lloran cuando dejan de hablar por el teléfono móvil. Es automático. Me fijo en sus caras mientras entablan conversación con la persona que está al otro lado, y a medida que van pasando los minutos su cara se va volviendo pálida, gris, y les salen ojeras.

Nada más colgar, un pequeño requero de agua, sale de sus delicados ojos. No tengo ni idea de con quién hablaban, tampoco escuché la conversación; bien sabes que o leo, o escucho música, o ambas a la vez; pero en sus caras se nota ese malestar.

En ese momento, cuando empiezan a llorar, te dan ganas de llorar con ellas, para que no estén solas, para que no sufran solas o para que no aguanten todo ellas solas. Y los clenex (yo tampoco sé como se escribe) sirven para más bien poco. Dicen que el llorar es sano, pero es un método para desahogarse. Bien sea por miedo, tristeza o algría (yo lloro de la risa casi todos los días). Así que es como una salida más, una parada mas abajo de lo normal.

Nadie lo entenderá; ni tú ni yo, pero son cosas que en esta vida pasan.

*Gracias por la canción ;)

Un beees* y ánimo, que ya queda poco. Piensa en el día 28 y ya verás como pasa todo volando.